Llamamos viga a un elemento largo de madera, acero u hormigón armado que se coloca en posición horizontal en los edificios, apoyado en sus extremos, y es capaz de recibir cargas.
No siempre las vigas están en posición estrictamente horizontal pudiendo a veces tener un apoyo un poco más alto que el otro.
Figura 1. Viga trabajando a la flexión.La distancia que recibe cargas se dice que trabaja a la flexión. Con este esfuerzo trata de curvarse hacia abajo, lo que también se llama flexionarse.
La flexión es una forma de trabajo en que intervienen los dos tipos de trabajo recién estudiados: la compresión y la tracción.
Figura 3. Viga trabajando a la flexión.
En efecto, si observamos la viga de la figura (se ha exagerado la deformación para apreciar mejor el fenómeno), podemos notar que hay una zona superior en que la viga tiende a acortarse y una zona superior en que, al revés de la anterior, tiende alargarse.La flexión es, pues, un esfuerzo compuesto o combinado, de tracción y compresión.
Si observamos una sección o corte a través de la viga como se ve en la figura 4, podemos notar que el esfuerzo de compresión va decreciendo hacia abajo, hasta llegar a cero en el plano central (horizontal) de la viga. Alli comienza la tracción que aumenta hacia abajo hasta ser máxima en la cara inferior de la viga.
Esto se ha tratado de expresar en forma gráfica en la figura 5, en cuya sección puede observarse como la compresión decrece de arriba hacia abajo, hasta desaparecer en la zona neutra, para transformarse en el esfuerzo contrario, que aumenta luego hacia abajo, hasta ser máximo en el extremo inferior. El plano central, por ser una zona en que no se efectúa trabajo alguno, se llama eje neutro.
Figura 5. Esquema que grafica el eje neutro en una viga trabajando a la flexión.
Como se ve el trabajo a la flexión obliga a que una parte de la viga trabaje de una manera completamente distinta y opuesta a la otra, de modo que sólo es posible usar un material que resista bien los dos tipos de esfuerzo, el de tracción y el de compresión.
El acero y la madera cumplen esta condición y ambos arrojan valores de resistencia a la compresión terriblemente semejantes a los de la tracción, aunque entre ambos materiales las cifras sean bastante disimiles. El hormigón armado se adapta aún mejor a estas exigencias, puesto que en él pueden ubicarse las armaduras de acero de preferencia en las zonas traccionadas, dejando el hormigón solo la principal responsabilidad de las zonas comprimidas.
Por estas razones, sólo es posible utilizar en los edificios vigas de madera, de acero y de hormigón armado.
Por estas razones, sólo es posible utilizar en los edificios vigas de madera, de acero y de hormigón armado.
La forma de la viga, especialmente en su sección, tiene bastante importancia, por lo que se vio recién, si queremos aprovechar bien los materiales. Por ejemplo, en una viga de madera de sección rectangular, como la que aparaece en la figura 6, tiene madera sobrante en su zona central, donde los esfuerzos son pequeños. Podría disminuirse esa parte de su sección sin que la viga sufra disminución en su resistencia.
Figura 6.
Esto explica también que el perfil de una viga de acero, donde el material debe ser usado con mayor economía, adopte la forma que aparece en la letra C, que se llama viga "doble T".
Figura 7. Viga de acero "doble T".
Si tomamos una sección cualquiera de la viga, como la sección mostrada en la figura 8, vemos que actúan en ella dos fuerzas en sentido contrario ( compresión arriba, tracción abajo), que tratan de hacer girar esa sección en torno a su eje central. Cada fuerza forma en torno al punto O lo que se llama un "momento estático". Es fácil darse cuenta que cualquiera de esas fuerzas es más efectiva si aumentamos la distancia al punto O, o eje neutro, aunque la fuerza permanezca igual.
Figura 8. Fuerza que actúan en una sección de una viga trabajando a la flexión.
Figura 9. Esquema que grafica la importancia de la altura de la viga, en relación con su espesor.Como se trata de evitar que la fuerza AB de la viga gire en torno al punto O, para que ella se deforme lo menos posible, se ve con claridad que mientras mayor sea la distancia entre los puntos A y B, tanto mejor resistira la viga los esfuerzos de flexión, aunque la cantidad de material sea la misma.
Todo esto quiere decir que es muy importante la altura de una viga, en realción con su espesor. Tanto es asi que con la misma cantidad de madera, por ejemplo, podemos obtener una viga que resista varias veces más.
Si la viga de madera de la letra A de la figura 9 admite en su punto medio una carga de 80 kilogramos, la viga de la letra B admite el doble, o sea 160 kilogramos y la viga de la letra C, cuatro veces esa carga, es decir, 320 kilogramos. Teniendo las tres vigas el mismo volumen o cantidad de madera.
Todo esto quiere decir que es muy importante la altura de una viga, en realción con su espesor. Tanto es asi que con la misma cantidad de madera, por ejemplo, podemos obtener una viga que resista varias veces más.
Si la viga de madera de la letra A de la figura 9 admite en su punto medio una carga de 80 kilogramos, la viga de la letra B admite el doble, o sea 160 kilogramos y la viga de la letra C, cuatro veces esa carga, es decir, 320 kilogramos. Teniendo las tres vigas el mismo volumen o cantidad de madera.
Además, en relación a esto debemos considerar que si hacemos una entalladura o rebaje en una viga, en su borde inferior o superior como lo muestra la figura 10, causamos un gran daño debido a que estas partes son las que resiten un mayor esfuerzo. Con este corte (A y B) disminuye la sección útil de la viga a la parte restante, disminuyendo su resistencia proporcionalmente. Si en cambio, hacemos una perforación en ella, del mismo tamaño, en la zona central o neutra de la viga, como indica la letra C de la figura 10, no le ocasionamos daño alguno a la viga.